miércoles, 9 de mayo de 2012

Helicópteros invisibles

Hoy han estado en mi cuarto, ante mi presencia, atacándome indiscriminadamente. Son los helicópteros invisibles, vampiros sedientos de sangre que lo único que buscan es mi dulce oro rojizo repleto de hierro.
Ahí están, todas las noches, esperando en la oscuridad pues si uno enciende la luz no están, han desaparecido ante nuestro ojos y oídos. Uno patrulla por todos lados, ojo avizor por si se presenta la oportunidad de que se les pueda descubrir.
A veces hay suerte, otra es tarea imposible y uno piensa que no están, que tal vez esta algo paranoico y vuelve a la oscuridad, a la seguridad de las sábanas y entonces, ¡ENTONCES!, vuelve ese sonido agudo y a veces imperceptible por culpa del viento nocturno, pero no, están ahí, buscándote con sus receptores químicos mientras que sus ojos compuestos solo buscan un atisbo de luminosidad para desaparecer en los más oscuros rincones.

La batalla ha sido dura y la sangre a corrido por ambos bandos, pero por desgracia la victoria no ha sido mía, sino de ellos, pues queramos o no son superiores en número.

Esta batalla tiene como único resultado mi derrota, pero la guerra sigue viva y la próxima vez, saldré vencedor.

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